El delantero carioca Amaury Epaminondas fue un gran delantero, esos que marcaban goles por montón, en México fue 3 veces campeón goleador, pero tenía una debilidad: le gustaba la fiesta, los excesos y la vida nocturna.
Amaury llegó como crack (precio y reputación) al Deportivo Toluca a petición de Arpad Fekete en 1965 procedente del Oro donde había salido 2 veces campeón y campeón goleador, sin embargo al principio no logró adaptarse y no se entendía del todo bien con Claudio 'Maestro' Lostanau y tuvo algunas diferencias con el DT; para la temporada 66/67 llegó Mocebaez a los diablos y Amaury volvió a conectar en el campo.
Ignacio Trelles había tratado por todos los medios de alejarlo de su vida 'frenética'. Lo amenazó, lo mandó seguir, lo recluía en su domicilio con vigilancia previo a los partidos de futbol, pero nada; algo que gustaba tanto al brasileño como jugar al balompié, era ir de cabaret en cabaret y pasar una velada agradable rodeado de amigos y de alcohol la noche previa a un partido de fútbol.
El 11 de Diembre de 1966, para la fecha 21 de la temporada, los rojos recibían al Veracruz en La Bombonera y Amaury despreocupado por liderar a los goleadores y con 4 goles de diferencia, hizo de las suyas y se fue de farra una noche antes por lo que llegó el Domingo con gran resaca al parque toluqueño.
Trelles, molesto, porque sabía a que se debía ese dolor, lo dejó en la banca. El brasileño le dijo que si no lo iba a meter, lo dejara ir a casa, porque no soportaba el malestar, pero Trelles lo mantuvo viendo el primer tiempo con los reservistas, sabía que Epaminondas no soportaba estar en la banca.
El sonido local, a través de la inconfundible voz del señor Zenil y el patrocinio de Farmacia La Purísima, anunciaba en la primera mitad que Manolo Lapuente de Necaxa había conseguido tres tantos con su equipo, por lo que llegaba a 16 goles y se ponía tan sólo a uno de Epaminondas.
El brasileño, pareció despertar en ese instante, no podía permitirse que le arrebataran su casi seguro tercer título de goleo, por lo que le pidió, casi le suplicó a Trelles que lo dejara jugar.
El viejo zorro de mil batallas, el carismático entrenador de la cachucha, le dijo a Amaury: "Está bien, te dejo entrar, pero tienes que prometerme que ya te vas a portar bien, que no te vas a ir con tus amigos a tomar y a desvelarte hasta que finalice la temporada, porque estamos cerca del título de liga y nos haces mucha falta".Y así era a pesar de que estaba otro goleador Carlos “Charro” Lara.
Entró al minuto 34 de la primera parte precisamente por el Charro Lara, y para la segunda parte del encuentro a partir del minuto 69 se inició la feria de los goles y la hazaña de Amaury, haciendo una estupenda pared con Vicente Pereda, eludió la vigilancia de Tovar para quedar solo frente al "Charro" García y fusilar a placer. En el minuto 83 Amaury se fue sobre un pase de Juan Dosal, y aprovechó el titubeo de los defensas que reclamaban falta para ganarle el viaje a García y anotar el segundo tanto.
Dos minutos después logró el tercero, en una monumental ejecución de un tiro de castigo, previa falta sobre Claudio Lostaunau. Incrustó el esférico en el ángulo derecho del portero. El brasileño cerró su estupenda actuación a los 45 minutos cuando a base de entusiasmo y voluntad ganó un balón a Paco Ulibarri, eludió a Tovar y fusiló al portero visitante. Fue un verdadero agasajo para los aficionados, que festejaban hasta el delirio los cuatro goles del moreno jugador. Y el jugador muy a su estilo festejaba con ellos.
El árbitro pitó el final del encuentro y de inmediato Amaury se dirigió a Trelles y le dijo: "Ahora sí mister, ya cumplí, ese barbón de Lapuente ya no me alcanza en el liderato de goleo. ¿Me puedo ir a casa?, le prometo que no me vuelvo a ir de fiesta".
Trelles no tuvo más que asentir con la cabeza y mandar a "curársela" al brasileño, a sabiendas que sus promesas quedarían en el aire y con el consuelo de que, aún con su dolor de cabeza, le cumplía dentro de la cancha de manera sensacional.
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